11 de noviembre de 2013

Lunes. En realidad martes. 2 am. En realidad 1.45. Salgo a la terraza a fumar un cigarrillo.
El silencio es casi total. De la General Paz sólo llega el viento y un grillo canta permanente.
Me apoyo en la baranda atravesando antes un hilo brillante que apenas llego a ver por la oscuridad. Baba del diablo, le dicen. Por la calle Correa aparece un perro que corre desaforado como yendo a buscar vaya una a saber qué. Es el tontín; así lo llamamos por su perseverancia para seducir a las perras del barrio sin éxito. Llega a la esquina de Zapiola y mira fijo al balcón de enfrente como exigiendo algo. Se distrae. Levanta la pata y mea uno de los cajones estacionados en la verdulería que ahora duerme. Se olvida rápido en qué estaba y vuelve al trote por donde vino. Sus patitas hacen eco en el barrio de madrugada, junto a mi cigarrillo que se consume más por el tiempo y el aire que por mis pitadas. Escribo todo esto mentalmente y pienso qué bueno sería poder hacerlo en simultáneo, en una pantalla virtual que refleje mi pensamiento. Ayer me vi tres capítulos al hilo de Black Mirror. Distopía total. En la casa de enfrente las habitaciones están apagadas pero las televisiones prendidas. Alguien en algún lado tose. Siguen el grillo, la General Paz y las hojas de los árboles que, sin dar mayor dato, cada tanto insinúan que algo más pasa. No tengo remate, no sé qué es más que una madrugada de martes, una noche de lunes, en un barrio casi periférico de la ciudad de Buenos Aires. Pienso un remate, pero me lo olvido. Estoy cansada. La noche está linda pero me dio un poco de frío. Doy una última seca y dejo caer el pucho encendido en la vereda. Golpea las baldosas grises. Entro antes de que se apague del todo. Necesito saber que algo más pasa cuando todos dormimos; aunque sea una llamita muriendo en una baldosa. Suena una sirena. La ignoro. Y entro.

1 comentario:

hernan dijo...

es raro arrancar el día leyendo esta pincelada sobre la quietud, o mejor dicho, esta pincelada que trata de dicernir lo que se esconde detrás de la aparente quietud. Justo estoy preparando mi bloque del programa de hoy, y como el topic es música de películas, me metí con Lola corriendo por Berlín. Así que nada de lo que hayas visto mientras fumabas ahora me resulta casual y/o ingenuo. Y me pregunto si habría remate en caso de que repitas la escena. Estimo que viste la película, así que la sirena no deja de resultar una promisoria señal.