29 de noviembre de 2011

Pero no tanto

Un cartel luminoso se te apareció en la frente interna: sos una boluda.
Te hiciste la canchera con tus aires de neo hippie medio punk libertaria pro-freelove, bailando sin pensar, tomando cuanta droga se te pusiera adelante y diciéndole, Sí, claro, con mirada torcida después de la primera invitación a su casa. Todo lo anterior no me importa, si soy re liberal, un poco de rock, nada más, mucho rock, total soy joven, y re liberal, es año nuevo y qué importa si tengo que salir de tu casa a escondidas o si el perro ya no me reconoce, o mejor, me confunde con otra, si total amo la noche igual que a tus sábanas, porque soy joven, y re liberal,
rocking in the free world, mientras te leo a Rimbaud y chamuyo con eso de la inexistente fidelidad sexual y despotrico contra la monogamia y contra todo lo que ate mi alma joven, joven y liberal, recontra liberal.


Decí la verdad: un poco boluda.

Porque ni vos te la creiste esa vez que te abrazó por detrás y cerraste los ojos despacito, como yéndote, aunque estuvieras más ahí que nunca, y te apoyaste en sus brazos casi disimuladamente como dándole a entender que estaba bien, pero dejándole en claro que no habías sido vos la que había dado ese primer paso. Dale: una boluda. Y pensabas y sentías Tocame incansablemente, exponeme, desafiame, sorprendeme, completamente desprevenida, obligame a tirarme encima tuyo con todo mi peso y a derretirme en tus manos ante la menor caricia, pero ojo, que no se note, que parezca que me resisto un poco, aunque sepamos que es mentira, que me muero por vos con cada respiración.

El cartel insiste: boluda.

Y así te vas por la ventana, esperando que el perro no te ladre por desconocida ni te ladre por extrañarte, confundido con la otra a la que sí quiere, a la que sí conoce y a la que de verdad extraña, porque se acostumbró, porque sale por la puerta verdadera, porque es la verdadera.

Y volvés a la noche y al rock y a la dureza, que es verano y a las siete llegan los pibes y la cerveza se calienta si tardás mucho, y los colores pastel de la pared del kioskito te recuerdan que no fuiste tan boluda, que eso que creiste por un instante era una boludez, pero vos no sos eso, no sos una boluda, no sos tan boluda, sos una joven liberal neo hippie medio punk y libertaria, con All Stars verdes y un chupín de vez en cuando, aunque también te seduce la bambula, que juega con la noche y se enamora de cada sábana que se cruce en el camino, porque para eso está el camino, y que camina mucho y respira mucho, y cada sábana, cada sábado pide un beso. Besame, besame, besame.