http://www.goear.com/listen/a690534/los-ejes-de-mi-carreta-atahualpa-yupanqui
Cuando da miedo el silencio, la nada, es cuando menos hablo. Cuando espanta el rechinar, el crujir de un engranaje malgastado, es cuando menos busco la prolijidad del sonido. Ya no más finales felices, puntuaciones correctas, remeras planchadas o un amor para toda la vida. Hoy, el hoy. Mañana, el hoy que vendrá y el fin de esa quietud inactiva de la seguridad que brinda lo inmóvil. Entonces, el camino ancho e infinito, trifurcaciones y más, tantas posibilidades como vidas, y muchas vidas y muchos mundos, propios y tuyos, míos y nuestros. Prefiero la madera agrietada, la suela gastada, el burbujeo de un disco de vinilo. La disfonía me sienta bien. El grito también.
4 comentarios:
Claro que si! La adrenalina y emoción de la incertidimbre, siempre en el camino.
Descubrí tu blog por tu posteo en el mio...como va tanto tiempo?
Hoy, el hoy. Y mañana, el hoy que vendrà
Asì es mejor a veces.
Porque la vida no es una fòrmula infalible y de tanto en tanto perdemos el eje.
Me gustan esas emociones que fluyen a travès de los silencios espesos. Traen cambios, algo se mueve, se gesta y vuelta a empezar...
Besitos Caro,
Graciela
Y sí, solemos tener esas conductas. Porque así como el vértigo es el miedo a tirarse, tenemos una especie de vértigo, hablo del silencio. El miedo a estar en silencio creo que enrealidad es el miedo a callar, y si tenemos miedo a callar, es que existe la posibilidad de callarnos, y a veces, en silencio, nos callamos.
Bah, cositas que a una se le ocurren.
Un abrazo :)
sí sí, me gusta (:
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